3.16.2006


Todo lo acontecido, lo que se sufrió y lo que se gozó, todo a cuanto fue testigo se encontraba presente en esa palabra y cuando realmente la vio, no pudo evitar un par de lágrimas y un temblor en las extremidades, algo leve, suave, casi imperceptible para cualquiera que pasara por su lado.
La palabra viajó por sus venas, dio un largo recorrido por varios órganos, se detuvo en sus pulmones y corazón, deambuló por distintas glándulas, llegó incluso hasta ese lugar prohibido donde la espina anidaba hace tanto ya, arrancándola de raiz, expulsándola con furia y la cobarde sólo supo de morir al enfrentarse con lo exterior. Que pequeña te ves, mi pequeña tristeza, tan bella cuando quieres, te haces desear, te haces querer, sabes generar ese dolor placentero que adormece tan bien, mata tan bien, hasta pena se siente al verte en ese estado y casi ganas otra vez, pero sabes bien que una vez extirpada, jamás puedes volver
Si bien con tu partida puedes generar el lento desangramiento de quien poseías, puedes ser superada, tu herida puede ser sanada y de pronto eres nada, ni siquiera un recuerdo, nada despiertas ya, tu ausencia no es sentida, el crucial espacio que alguna vez tuviste se encuentra repleto no de una, sino que de muchas palabras, no todas amables, pero sí vivas.

1 Comments:

Blogger Lau said...

Hola, gracias por tu post... me gustó tu blog, seguiré dando vueltas por acá.
L.-

3:21 p. m.  

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